- "Actualmente el país está en una situación de hambre severa
- Indicadores alertan de que la situación podría desembocar en una catástrofe humanitaria
50.000 niños
podrían morir antes de que acabe el año CARLA FIBLA ACCIÓN CONTRA EL HAMBRE
CLARA MARÍN
Madrid
Actualizado:
01/09/2014
La situación
en Sudán del Sur está próxima al colapso. Por segunda vez desde 2011 -como ya ocurrió en Somalia- el mundo está a las
puertas de contemplar una hambruna. Los problemas con su vecino del norte por
algunas fronteras que no terminan de definirse, sumados al conflicto interno de
las dos etnias mayoritarias (los dinka y los nuer) han generado en el país más
joven del mundo una crisis de más de 1.4 millones de desplazados y
refugiados que no han podido sembrar sus terrenos ni recoger sus cosechas.
Si a esto se
suma la propia debilidad del país y la ausencia de infraestructuras sanitarias
adecuadas, el resultado es que gran parte de la población sufre una profunda
degradación de su situación nutricional, hasta el punto de que prácticamente todas
las ONG trabajan con la posibilidad de que la hambruna sea declarada en breve.
Pero, ¿qué
es exactamente una hambruna? Es la "inaccesibilidad absoluta de
alimentos para toda una población o para un subgrupo de población que puede
causar la muerte en el corto plazo". Esta es la definición que da el Marco
Integrado de Clasificación de la Seguridad Alimentaria (IPC), un
protocolo reconocido internacionalmente que se encarga de recabar datos
objetivos para quienes en su momento tomarían la decisión de declarar la
hambruna (Naciones Unidas principalmente).
El IPC
establece cinco fases para la situación de cada país, siendo la primera la
seguridad alimentaria y la quinta la hambruna o catástrofe humanitaria.
Actualmente, Sudán del Sur se encuentra en la fase cuatro, esto es, el
hambre severa, pero existe un riesgo real de que en algunas zonas del país
se pase a la fase cinco. Tal y como ha informado el equipo global de IPC a EL
MUNDO, su último análisis fue en mayo de este año, cuando se observó que 3.5
millones de personas se enfrentaban a una emergencia humanitaria, destacando
que en las zonas más afectadas la situación podría deteriorase aún más y
desembocar en hambruna.
"El
concepto de hambruna es algo puramente técnico -explica a este periódico Amador
Gómez, director técnico de Acción Contra el Hambre- y
cuando se alcanza ese nivel la población ya está totalmente exhausta". Por
su parte, Ferrán Puig, director de Oxfam Intermón en Sudán
del Sur, nos escribe desde el país para decirnos que "una hambruna
significa que la gente se muere de hambre de forma masiva, y por eso las
organizaciones no usamos esta palabra a la ligera. Tenemos que avisar antes
de que sea demasiado tarde, pero tampoco queremos ser acusados de dar falsas
alarmas".
En estos
momentos, se están produciendo reuniones del equipo del IPC para actualizar los
datos del país. Si las previsiones se cumplen, estos se conocerán en torno al
10 de septiembre. Para que entonces se pudiera hablar de hambruna en el país,
deberían cumplirse los siguientes parámetros:
-Que más
del 30% de los niños sufran desnutrición aguda.
-Que al
menos el 20% de la población tenga acceso a menos de 2.100 kilocalorías
al día
-Que se den dos
muertes por cada 10.000 personas, o cuatro muertes infantiles por cada
10.000 niños cada día.
Son ya
varias las ONG que han observado que algunas zonas de Sudán del Sur presentan
un serio riesgo de cumplir estos siniestros tres puntos que supondrían que ya
se podría hablar oficialmente de hambruna en el país. De hecho, tal y como
explica a EL MUNDO David del Campo, director de Programas Internacionales de Save
The Children, ellos no sólo dan por hecho que la hambruna se va a
declarar, sino que están trabajando como si ya se hubiera declarado.
"Nuestro cálculo es que ahora mismo hay 50.000 niños menores de cinco años
que podrían morir antes de finales de año", explica del Campo.
Pero la
situación a día de hoy es ya tan preocupante que la hambruna es sólo poner un
"nombre oficial" a la desgracia que desde hace tiempo viven los
surdudaneses. Tal y como ha explicado a este diario Nuria Salse, experta en
Nutrición de Médicos Sin Fronteras -que tiene en estos
momentos a 3.800 personas trabajando en el país- "la situación actual es
tan sumamente grave que a efectos prácticos nuestra intervención no cambiaría
con la declaración de hambruna". La variación más importante, cuenta, es
que con la declaración oficial el Gobierno en cuestión está obligado a
aceptar la ayuda internacional y llegan muchísimos recursos más.
El problema
de la desnutrición, explica Gómez, es que supone una mayor propensión a padecer
enfermedades, porque las defensas se colapsan y el cuerpo no tiene fortaleza
para hacer frente a una simple diarrea. El director de Acción Contra el
Hambre explica cómo es el proceso de curación de un niño desnutrido (el 80% se
recuperan, pero los que no reciban tratamiento acabarán falleciendo en un plazo
máximo de dos semanas).
Lo primero
sería explorar al niño para saber si se trata de un marasmo o un cuasiorcor.
"Los marasmos son esos niños completamente esqueléticos a los que se les
marca toda la estructura ósea, mientras que los cuasiorcor son los que parecen
"rellenitos" pero que en realidad están edematosos porque les falla
la bomba de sodio-potasio y sufren una gran retención de líquidos",
explica del Campo.
Una vez
diagnosticados, se empieza con el tratamiento nutricional, que durará unas
cuatro semanas y cuesta alrededor de 40 euros. Este debe ser bajo en calorías
y proteínas, porque el organismo aún no tiene capacidad de digerir. Cuando ya
se ha puesto en marcha el metabolismo, se empieza con la fase de ganancia de
peso. Cuando finalmente el niño salga del programa de nutrición terapéutica, lo
hará ya con el peso normal para un pequeño de su edad, pero tal y como recuerda
Gómez, hay que hacerle un seguimiento para asegurar que no recaiga. "Tan
importante como tratar la desnutrición es tratar las causas que la
originan", recalca.
Porque no
por devastadora esta crisis es menos esperada. Y es que según apunta Gómez, se
veía claramente cuál estaba siendo la evolución de Sudán del Sur, y existen
informes de la ONU que desde hace meses planteaban el escenario de la hambruna
en el país. En su opinión, "es inviable querer responder sólo con enfoque
de emergencia a las emergencias".
Gómez cree
que hace tiempo que deberían haberse puesto en marcha medidas de contención y
suplementación nutricional en el país africano, pero en un escenario donde cada
vez son más las crisis internacionales abiertas, el problema siempre es el
mismo: los fondos. De hecho, Greg Barrow, director de la oficina londinense del
Programa
Mundial de Alimentos, ha confirmado a este periódico un recorte
de 345 millones de dólares en su presupuesto para Sudán del Sur, lo que
inevitablemente ha supuesto una reducción de las raciones en el peor momento
posible.
Mientras
tanto, los sursudaneses siguen esperando en campos de refugiados a que el
conflicto en su país escampe y que la comunidad internacional se fije en ellos.
El tiempo juega en su contra, y quizás el silencio mediático se rompa cuando
finalmente se declare la hambruna, y Sudán del Sur ya no esté al borde del
abismo, sino dentro de él."
Fuente: El Mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario