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Ernesto Sabato |
Alguno/a de vosotros/as que haya leído el artículo aquí publicado de Ernesto Sabato, me manifestáis que no conocéis al personaje, cosa comprensible dada la edad de muchos y muchas de vosotros/as, por ello os incluyo aquí una breve biografía, que espero leáis con atención y le saquéis todo el jugo posible, porque Sabato de lo merece, dado su compromiso con la sociedad de su tiempo (y no solo de su tiempo, porqué ahí tenemos sus escritos, de total actualidad).
Para terminar añadiré que es de admirar el estado de lucidez y el afán de lucha que demostró hasta los últimos días de su vida. Es una pena que en esta nuestra sociedad, la más cercana, esté tan llena de "ruidos" que no nos dejen "escuchar" otras voces, como no sean aquellas que los medios y el entorno nos obligan a "oir". Bueno... a continuación tenéis la biografía. Finalmente he introducido un recorte de prensa que también os puede ser de interés.
Ernesto Sabato nación en Rojas, provincia de Buenos Aires,
en 1911, hizo su doctorado en física y cursos de filosofía en la Universidad de
La Plata, trabajó en radiaciones atómicas en al Laboratorio Curie y abandonó
definitivamente la ciencia en 1945 para dedicarse exclusivamente a la
literatura. Ha escrito varios libros de ensayo sobre el hombre en la crisis de
nuestro tiempo y sobre el sentido de la actividad literaria – así, Es escritor y sus fantasmas (1963; Seix
Barral, 1979), Apologías y rechazos (Seix
Barral, 1979), Uno y el Universo (Seix
Barral, 1981) – tres novelas cuya versiones definitivas presentó Seix Barral al
público de habla hispana en 1978: El
túnel en 1948, Sobres héroes y tumbas
en 1961 y Abadón el exterminador en
1974 (premiada en París como la mejor novela extranjera publicada en Francia en
1976).
Escritores tan dispares como Camus, Greene y Thomas Mann,
como Quasimodo y Piovene, como Gombrowicz y Nadeau han escrito con admiración
sobre su obra.
Otras facetas de su vida destacan por su compromiso ,
personal y político.
Sabato condenó públicamente los doscientos ochenta indultos otorgados en 1989 a civiles y militares
implicados en torturas, muertes y desapariciones durante el período de la dictadura
en la Argentina.
En sus últimos escritos y apariciones
públicas, declaró considerar que «es desde una actitud anarcocristiana que
habremos de encaminar la vida».
"¡Yo no soy un anarquista! Un anarquista en el sentido mejor de la palabra. La gente cree que anarquista es el que pone bombas, pero anarquistas han sido los grandes espíritus como, por ejemplo León Tolstoi."
"Aunque fui comunista activista, el anarquismo siempre me ha parecido una via de conseguir justicia social con libertad plena. Y valoro el cristianismo del
Evangelio. Este siglo es atroz y va a terminar atrozmente. Lo único que puede salvarlo es volver al pensamiento poético, a ese anarquismo social y al arte."
Luego de su deserción del socialismo de Estado, Sabato abogó en general por
una sociedad basada en la libertad individual y la libre asociación, en el
cooperativismo en la ciencia y la economía, y en la descentralización política.
La formidable crisis del hombre, esta crisis total, está sirviendo al menos para reconsiderar los modelos. Y no es casualidad que en diferentes partes del mundo empiece a reivindicarse otro tipo de socialismo, más cercano a aquel que preconizaba Proudhon, o al que en nuestros tiempos han sostenido espirítus nobles y lúcidos como Mounier, entre los cristianos y Bertand Russell, entre los agnósticos. (...) Un Socialismo que respete la persona, que termine con la alineación y la sociedad de consumo, que termine con la miseria física paro también con la espiritual, que ponga la técnica y la ciencia al servicio del hombre y no, como está sucediendo, el hombre al servicio de aquellas. Un socialismo descentralizado que evite los pavorosos males de superestado, de la policía secreta y de los campos de concentración (...)
Ernesto Sabato presidió la Comisión Nacional sobre la Desaparición de
Personas, CONADEP, una comisión encargada de investigar las violaciones a los
derechos humanos ocurridos en la Argentina entre 1976 y 1983 a manos del Proceso de
Reorganización Nacional. Esa investigación y posterior informe fueron plasmados
en el sobrecogedor libro
Nunca Más, en el que se recogen los testimonios
de las desapariciones, torturas y muertes de personas durante la dictadura
militar. La CONADEP constató que «existieron 340 centros clandestinos de
detención» a lo largo de todo el territorio argentino, donde tuvieron lugar
torturas y ejecuciones. El informe incluyó además la descripción detallada de
los métodos de tortura.
Años antes de su fallecimiento, se unió a la amplia lista de prominentes
figuras de América Latina que manifestaron su apoyo a la independencia de
Puerto Rico a través de su adhesión a la Proclama de Panamá aprobada por
unanimidad en el Congreso Latinoamericano y Caribeño por la Independencia de
Puerto Rico celebrado en Panamá en noviembre de 2006.
"La convicción de que otro mundo es
posible es condición para poder acercarse a los límites del sufrimiento humano.
Que es posible que otro mundo pueda surgir entre los hombres, por utópico que
nos parezca. Sin esta fe en otro mundo posible, humano, más justo, más
fraternal, no podremos resistir.
Sin esta convicción nos entregaríamos a salvaciones individuales, algo
aberrante y además inútil, dado que estamos viviendo una tragedia que nos
afecta a todos como humanidad.
Para poder luchar, aunque no veamos el horizonte, tenemos que creer en él"
"España en los diarios de mi vejez", de Ernesto Sabato
Circulo de Lectores, 2004
Falleció en su hogar en Santos Lugares durante la madrugada
del 30 de abril de 2011, 55 días antes de cumplir 100 años, a causa de una
neumonía derivada de una bronquitis que lo aquejaba desde hacía algunos meses
(también padecía serios problemas de visión).