A continuación os incluyo un artículo que hemos recibido de nuestra amiga y compañera Pilar Pasquín que os sirva para descubrir lo que se puede hacer con nuestro tiempo libre (entre otras cosas):
"ALGO MÁS QUE UNA RESIDENCIA DE OCIO Y TIEMPO LIBRE
Fdo.: Mª del Pilar Pasquín Wagener
Tengo por costumbre pasar mis vacaciones en un pueblo costero de Murcia, junto a mi familia. Desde hace algunos años “sufrimos en silencio” la armoniosa convivencia entre una residencia llamada FUNDAMIFP y los vecinos de los alrededores que, con asombro primero, y con grandes dosis de comprensión una vez sabidos los fines de esta asociación, callan sus primarias reacciones en pro del entretenimiento y goce de los allí residentes.
¿Qué vecino no ha bailado la “Mayonesa” en su jardín a eso de las 9 de la noche? ¿Quién, a preguntas de Diego (monitor del cual están enamoradas todas o casi todas de las residentes, que hasta incluso le escriben cartas de amor), no ha contestado desde su casa, con alarido incluido, a sus interrogantes a través del ruidoso altavoz? ¿Quién de los alrededores no ha oído decir a voz en grito a alguno de los discapacitados, que quería a Diego, a Eva (Directora del centro), a alguno de los voluntarios o incluso a la cocinera porque ese día estaba la comida insuperable? Somos partícipes silenciosos de sus alegrías y de sus ganas de “vivir la vida a tope”, nos transmiten sus energías a través de la valla, lo cual hace que a algunos de ellos en esos momentos de ineludible excitación y al son de la música “se les transforme el alma” y hasta incluso baile, recordando con sorpresa que desde el año pasado y por las mismas fechas no lo había vuelto a hacer.
Aún así viviéndolo “a tope” en la distancia, mi curiosidad y mis ganas de saber no impidieron mi empeño de cruzar la puerta (tan observada por mí día tras día) que me separaba de las maravillas que allí ocurrían. Con la excusa, por un lado, y la intención, por el otro, de escribir un artículo sobre lo que es FUNDAMIFP y lo que allí se hace, me “planté” un día en el despacho de la Directora.
No iba sola, sino acompañada de mi hermana “Quica”, ya que a ella también le había picado ese gusanillo hasta al punto de que “la muy loca”(pensarían algunos) quería colaborar con ellos. Esto no pudo ser a pesar de la ilusión y el empeño que le puso, pues estaban cubiertos todos los puestos para voluntarios. Pero ella no ceja en su empeño. Quica, otra vez será, si no aquí, en otro lugar. Incluso mis cuatro hijos querían acudir para ver de cerca lo que disfrutaban de lejos. Pero mis ganas y afán de saber frenaron a mi familia de esta visita, pues no estaba dispuesta a que el “personal” se asustara ante una visita tan multitudinaria. Otra vez será, les dije. Y así fue.
En la entrevista que mantuvimos con la Directora fuimos invitados a disfrutar una de sus veladas, sin concretar día. De modo que fui, pero tampoco sola. Quería que mi hijo mayor Antonio (que está, como decimos las madres, en la edad difícil de 15 años) experimentara en directo las alegrías de un grupo de seres humanos que no han sido especialmente favorecidos por la Naturaleza y que, a pesar de todo, disfrutan de la vida con una gran pasión, igualmente desde sus sillas de ruedas bajo el lastre de un sin cesar de medicamentos, que intercambiando esas tiernas miradas que solo tienen los seres intelectualmente menos maduros.
Antonio, aunque algo retraído pero bastante observador, alucinaba con la forma de ser de los residentes: si alguien por sí mismo no podía mover su silla, enseguida aparecía alguno de esos colaboradores anónimos para ayudarles a expresarse, a desplazarse, o para cualquiera de sus otras necesidades. Sí: son felices a pesar de todo”, decía Antonio, “y no como nosotros, que aun sin tener cualquiera de sus limitaciones nos resulta difícil la vida... ¡y encima nos quejamos!”.
Preguntaba Antonio que si los voluntarios que estaban allí eran familiares de los residentes. “Unos sí y otros no”, nos aclararon. “Son personas que cualquier Asociación o Fundación que se precie cuidan con muchísimo esmero y cariño y sobre todo con admiración: son Voluntarios”.
La asociación FUNDAMIFP cuenta con unos 25 voluntarios en el período vacacional de verano. ¡Y encima alguno de ellos repite quincena!.
Ustedes habrán apreciado que los nombres de los voluntarios no los transcribo, porque aun sabiendo el nombre de todos o de casi todos y siendo unos jóvenes dignos de admirar, con una exquisita preparación, muy buena predisposición y una especial sensibilidad, mi objetivo con estas letras no es el de hacer especial hincapié sobre sus características individuales y ensalzarlas, sino los de informar sobre lo que es FUNDAMIFP y descubrir a ese colectivo de jóvenes tan numeroso en verano que se encuentra en cualquier punto de España y cerca de una Residencia, Asociación o Fundación de este tipo y que dispone de suficiente tiempo libre en este período del año (pues la mayoría no tiene que estudiar), para que empleen parte de su tiempo con generosidad y se acerquen a estas asociaciones para conocerlas, colaborar y formar parte de su estructura. Verán el bien que les reporta personal y espiritualmente. Seguro que descubrirán que este tipo de acciones y de relaciones humanas, especialmente las que se viven en la juventud, ennoblecen y enriquecen sobremanera, y después se recuerdan el resto de la vida de una forma muy especial.
¡Animaos jóvenes Murcianos!: donde quiera que penséis pasar vuestras vacaciones estivales, seguro que existe un centro cercano en el que se necesita vuestra colaboración voluntaria y altruista. Podéis consultar antes de programarlas y dedicar parte de vuestro tiempo a labores de voluntariado. Esta noble, generosa y gratificante opción la tenemos todos a nuestro alcance. Solo necesitáis el propósito de colaborar y de implicaros. Lo demás es sencillo.
FUNDAMIFP es algo más que una residencia de Ocio y Tiempo Libre, como cualquiera podrá apreciar. Y todas las Asociaciones, o casi todas me atrevería a decir, son de estas características. Aquí “el hábito no hace al monje”, sino todo lo contrario: el hábito lo hacen las personas que están en la Asociación.
FUNDAMIFP es una residencia para minusválidos físicos, psíquicos y sensoriales que, aún teniendo personalidad jurídica propia, trabaja estrechamente con la asociación AMIFP (Asociación de Minusválidos) que fue constituida en 1981 con la finalidad de trabajar por los derechos de las personas con discapacidad.
El edificio donde se alberga FUNDAMIFP fue adquirido en el año 1992 para el goce y disfrute de sus socios y residentes. Anteriormente este edificio había tenido otras funciones, entre las que cabe destacar las de Clínica Reumatológica y Asilo de Ancianos.
Con la llegada de FUNDAMIFP al citado edificio, estas funciones se alternaron con las tareas propias de una Residencia de Ocio y Tiempo Libre. Tienen cabida en esta asociación también otras asociaciones que se dediquen a trabajar con este tipo de colectivos.
Sus instalaciones son estupendas y están abiertas durante todo el año, ya que el clima del que goza la zona es muy agradable. Dispone de 82 plazas en habitaciones con baño incorporado. También cuenta en la 1ª planta con 26 plazas en habitaciones cuádruples y quíntuples con baño adaptado próximo a las habitaciones. Dispone de piscina al aire libre, zonas ajardinadas, cenador, lavandería, comedor, rampas de acceso, sala de usos múltiples, cocina,... etc.
En fin, se trata de un sitio ideal donde pasar parte de tus vacaciones junto a un grupo de trabajadores muy profesional, con unas instalaciones privilegiadas y ubicado en un sitio (Santiago de la Ribera), donde la amabilidad de sus gentes y su buen clima ayudan a hacer realidad este proyecto tan entusiasta.
Para más información, podéis contactar con:
PLATAFORMA PARA LA PROMOCIÓN DEL VOLUNTARIADO EN LA REGIÓN DE MURCIA (PPVRM).
web: http://www.plataformavoluntariadoregionmurcia.org/
FUNDAMIFP
Avda. Francisco Franco, nº 353.
30720 - Santiago de la Ribera (MURCIA)
Tfno.: 968 18 59 33 - Fax: 968 18 42 11
"ALGO MÁS QUE UNA RESIDENCIA DE OCIO Y TIEMPO LIBRE
Fdo.: Mª del Pilar Pasquín Wagener
Tengo por costumbre pasar mis vacaciones en un pueblo costero de Murcia, junto a mi familia. Desde hace algunos años “sufrimos en silencio” la armoniosa convivencia entre una residencia llamada FUNDAMIFP y los vecinos de los alrededores que, con asombro primero, y con grandes dosis de comprensión una vez sabidos los fines de esta asociación, callan sus primarias reacciones en pro del entretenimiento y goce de los allí residentes.
¿Qué vecino no ha bailado la “Mayonesa” en su jardín a eso de las 9 de la noche? ¿Quién, a preguntas de Diego (monitor del cual están enamoradas todas o casi todas de las residentes, que hasta incluso le escriben cartas de amor), no ha contestado desde su casa, con alarido incluido, a sus interrogantes a través del ruidoso altavoz? ¿Quién de los alrededores no ha oído decir a voz en grito a alguno de los discapacitados, que quería a Diego, a Eva (Directora del centro), a alguno de los voluntarios o incluso a la cocinera porque ese día estaba la comida insuperable? Somos partícipes silenciosos de sus alegrías y de sus ganas de “vivir la vida a tope”, nos transmiten sus energías a través de la valla, lo cual hace que a algunos de ellos en esos momentos de ineludible excitación y al son de la música “se les transforme el alma” y hasta incluso baile, recordando con sorpresa que desde el año pasado y por las mismas fechas no lo había vuelto a hacer.
Aún así viviéndolo “a tope” en la distancia, mi curiosidad y mis ganas de saber no impidieron mi empeño de cruzar la puerta (tan observada por mí día tras día) que me separaba de las maravillas que allí ocurrían. Con la excusa, por un lado, y la intención, por el otro, de escribir un artículo sobre lo que es FUNDAMIFP y lo que allí se hace, me “planté” un día en el despacho de la Directora.
No iba sola, sino acompañada de mi hermana “Quica”, ya que a ella también le había picado ese gusanillo hasta al punto de que “la muy loca”(pensarían algunos) quería colaborar con ellos. Esto no pudo ser a pesar de la ilusión y el empeño que le puso, pues estaban cubiertos todos los puestos para voluntarios. Pero ella no ceja en su empeño. Quica, otra vez será, si no aquí, en otro lugar. Incluso mis cuatro hijos querían acudir para ver de cerca lo que disfrutaban de lejos. Pero mis ganas y afán de saber frenaron a mi familia de esta visita, pues no estaba dispuesta a que el “personal” se asustara ante una visita tan multitudinaria. Otra vez será, les dije. Y así fue.
En la entrevista que mantuvimos con la Directora fuimos invitados a disfrutar una de sus veladas, sin concretar día. De modo que fui, pero tampoco sola. Quería que mi hijo mayor Antonio (que está, como decimos las madres, en la edad difícil de 15 años) experimentara en directo las alegrías de un grupo de seres humanos que no han sido especialmente favorecidos por la Naturaleza y que, a pesar de todo, disfrutan de la vida con una gran pasión, igualmente desde sus sillas de ruedas bajo el lastre de un sin cesar de medicamentos, que intercambiando esas tiernas miradas que solo tienen los seres intelectualmente menos maduros.
Antonio, aunque algo retraído pero bastante observador, alucinaba con la forma de ser de los residentes: si alguien por sí mismo no podía mover su silla, enseguida aparecía alguno de esos colaboradores anónimos para ayudarles a expresarse, a desplazarse, o para cualquiera de sus otras necesidades. Sí: son felices a pesar de todo”, decía Antonio, “y no como nosotros, que aun sin tener cualquiera de sus limitaciones nos resulta difícil la vida... ¡y encima nos quejamos!”.
Preguntaba Antonio que si los voluntarios que estaban allí eran familiares de los residentes. “Unos sí y otros no”, nos aclararon. “Son personas que cualquier Asociación o Fundación que se precie cuidan con muchísimo esmero y cariño y sobre todo con admiración: son Voluntarios”.
La asociación FUNDAMIFP cuenta con unos 25 voluntarios en el período vacacional de verano. ¡Y encima alguno de ellos repite quincena!.
Ustedes habrán apreciado que los nombres de los voluntarios no los transcribo, porque aun sabiendo el nombre de todos o de casi todos y siendo unos jóvenes dignos de admirar, con una exquisita preparación, muy buena predisposición y una especial sensibilidad, mi objetivo con estas letras no es el de hacer especial hincapié sobre sus características individuales y ensalzarlas, sino los de informar sobre lo que es FUNDAMIFP y descubrir a ese colectivo de jóvenes tan numeroso en verano que se encuentra en cualquier punto de España y cerca de una Residencia, Asociación o Fundación de este tipo y que dispone de suficiente tiempo libre en este período del año (pues la mayoría no tiene que estudiar), para que empleen parte de su tiempo con generosidad y se acerquen a estas asociaciones para conocerlas, colaborar y formar parte de su estructura. Verán el bien que les reporta personal y espiritualmente. Seguro que descubrirán que este tipo de acciones y de relaciones humanas, especialmente las que se viven en la juventud, ennoblecen y enriquecen sobremanera, y después se recuerdan el resto de la vida de una forma muy especial.
¡Animaos jóvenes Murcianos!: donde quiera que penséis pasar vuestras vacaciones estivales, seguro que existe un centro cercano en el que se necesita vuestra colaboración voluntaria y altruista. Podéis consultar antes de programarlas y dedicar parte de vuestro tiempo a labores de voluntariado. Esta noble, generosa y gratificante opción la tenemos todos a nuestro alcance. Solo necesitáis el propósito de colaborar y de implicaros. Lo demás es sencillo.
FUNDAMIFP es algo más que una residencia de Ocio y Tiempo Libre, como cualquiera podrá apreciar. Y todas las Asociaciones, o casi todas me atrevería a decir, son de estas características. Aquí “el hábito no hace al monje”, sino todo lo contrario: el hábito lo hacen las personas que están en la Asociación.
FUNDAMIFP es una residencia para minusválidos físicos, psíquicos y sensoriales que, aún teniendo personalidad jurídica propia, trabaja estrechamente con la asociación AMIFP (Asociación de Minusválidos) que fue constituida en 1981 con la finalidad de trabajar por los derechos de las personas con discapacidad.
El edificio donde se alberga FUNDAMIFP fue adquirido en el año 1992 para el goce y disfrute de sus socios y residentes. Anteriormente este edificio había tenido otras funciones, entre las que cabe destacar las de Clínica Reumatológica y Asilo de Ancianos.
Con la llegada de FUNDAMIFP al citado edificio, estas funciones se alternaron con las tareas propias de una Residencia de Ocio y Tiempo Libre. Tienen cabida en esta asociación también otras asociaciones que se dediquen a trabajar con este tipo de colectivos.
Sus instalaciones son estupendas y están abiertas durante todo el año, ya que el clima del que goza la zona es muy agradable. Dispone de 82 plazas en habitaciones con baño incorporado. También cuenta en la 1ª planta con 26 plazas en habitaciones cuádruples y quíntuples con baño adaptado próximo a las habitaciones. Dispone de piscina al aire libre, zonas ajardinadas, cenador, lavandería, comedor, rampas de acceso, sala de usos múltiples, cocina,... etc.
En fin, se trata de un sitio ideal donde pasar parte de tus vacaciones junto a un grupo de trabajadores muy profesional, con unas instalaciones privilegiadas y ubicado en un sitio (Santiago de la Ribera), donde la amabilidad de sus gentes y su buen clima ayudan a hacer realidad este proyecto tan entusiasta.
Para más información, podéis contactar con:
PLATAFORMA PARA LA PROMOCIÓN DEL VOLUNTARIADO EN LA REGIÓN DE MURCIA (PPVRM).
web: http://www.plataformavoluntariadoregionmurcia.org/
FUNDAMIFP
Avda. Francisco Franco, nº 353.
30720 - Santiago de la Ribera (MURCIA)
Tfno.: 968 18 59 33 - Fax: 968 18 42 11
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